Transformaciones antropo-teológicas
Las redes sociales han adquirido hoy en día el carácter de confesionarios de la cultura de masas, globalizada y secular. De hecho, el boom de las redes (procedentes, no se olvide, del mundo anglosajón), en este sentido, hace pensar que las sociedades protestantes han encontrado en ellas el necesario cauce de desahogo que la religión no les proporcionaba. Sea como sea, un importante cambio se ha producido entre el viejo confesionario de madera y el digital, entre la confesión en penumbra ante el sacerdote y la confesión ante la luz del público en la red. La diferencia entre el confesionario y las redes sociales es que, en aquél, tras decir lo que tenías que decir y quedarte a gusto, pedías perdón por tus pecados, hacías propósito de enmieda, y a continuación te imponían una penitencia. En las redes sociales, en cambio, la gente exige que le pidan perdón los demás y que sea el mundo el que cambie (el que "haga penitencia"), para así no tener que hacerlo uno mismo. Está claro que dos milenios de religión (o sea, de antropología) no pueden ser sustituidos en menos de dos décadas por ningún dispositivo tecnológico. La condición humana no cambia, aunque lo hagan los estímulos a los que responde.
Por D. D. Puche
Filosofía | 05-11-21